La pornovenganza, o revenge porn, que, como su nombre indica, en una forma de venganza realizada por la expareja de la víctima. Tras producirse la ruptura de la relación, la expareja publica en diferentes redes sociales o grupos de Whatsapp las fotografías o vídeos de contenido sexual que se realizaron de forma voluntaria mientras duraba la relación.
Del mismo modo, el hacking puede usarse como una forma de violencia de género si es realizado por el hombre, pareja o expareja, pues el acceso no autorizado a sistemas protegidos por contraseña constituye un ataque contra la intimidad. La contraseña ha podido sustraerse por cualquier medio ilícito o conocerse por haberla compartido mientras duraba la relación, y no es extraño que, después de la ruptura sentimental, alguno de los miembros de la pareja, sabiendo o suponiendo cuál es la contraseña, se vea tentado a acceder a los perfiles de redes sociales o correo electrónico de la otra persona con el fin de conocer sus secretos y con qué personas se relaciona.