La máquina codificadora Enigma fue inventada en 1919 por el Holandés Hugo Alejandro Koch, quien después vendió su patente al ingeniero alemán Arthur Scherbius.
Tras hacerle algunos cambios, Scherbius comercializó la Enigma en 1923, esperando que las empresas (por ejemplo, los bancos) la utilizaran para ocultar sus mensajes frente a la competencia. Sin embargo, hubo poco interés en el invento y Scherbius decidió entonces acudir al único lugar donde prensó que su máquina sería apreciada: el Ejército alemán.
Aunque al principio el Ejército no mostró mucho interés en la Enigma, tras una serie de mejoras efectuadas por Scherbius y el mismo personal de inteligencia alemana, acabó por adoptarla en 1928.